La creatina es un compuesto natural formado por tres aminoácidos (glicina, arginina y metionina) que nuestro cuerpo es capaz de fabricar por sí solo en pequeñas cantidades y el resto se adquirirá a través de la alimentación.
Las principales fuentes de creatina son la carne y el pescado, así como huevos y lácteos en menor medida.
Esta ayuda al rendimiento, mejorando la intensidad, fuerza y resistencia muscular en esfuerzos cortos. Al igual que con la proteína y los BCAAs, un consumo excesivo de esta sustancia puede dar lugar a problema renales ya que sigue siendo este órgano el encargado de expulsarla del cuerpo a través de la urea.
Por lo tanto, cualquier persona que realice ejercicio de manera regular e intensa, ya sea con un objetivo de competición, rendimiento o mejora significativa de algún parámetro físico, y cree que con su alimentación no es capaz de cubrir todas las necesidades nutricionales básicas para conseguirlo, mi recomendación es que se ponga en manos de un nutricionista y un preparador físico que podrán establecer un plan de comidas y entrenamiento que se complementen y logren el objetivo deseado. Según el caso, podrá ser necesario el aporte de algún suplemento deportivo de manera puntual pero siempre prevaleciendo una buena alimentación. Así, en el caso de deportistas profesionales, donde la demanda energética es mucho mayor y las secuencias de recuperación se pueden ver comprometidas durante el periodo competitivo, será crucial disponer de un equipo formado por un nutricionista y un preparador que garanticen el aporte energético.
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