¿Sabías que es posible estar deshidratado cuando se está haciendo ejercicio físico, aun bebiendo agua cada poco?
Cuando realizamos ejercicio nuestro cuerpo no solo pierde agua a través de diversos procesos, principalmente la sudoración, sino que, junto con ese sudor, se pierden electrolitos (sales minerales). Esta combinación de agua y electrolitos en cantidades adecuadas, permiten el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Por eso, es muy importante a la hora de practicar ejercicio físico, mantener ese equilibrio.
¿Y cómo nos puede afectar esto?
Al realizar ejercicio físico, se suda y pierde agua y electrolitos. Si no garantizamos esa adecuada reposición hídrica, el cuerpo comenzará a desarrollar un estado de deshidratación.
El problema está en que muchas personas, erróneamente solo beben agua, y esto, hasta ciertas intensidades o con ciertas temperaturas suaves, es suficiente, pero en entrenamientos de resistencia, mayor duración o intensidad, o ambientes calurosos, esa reposición de agua, deberá ir acompañada de electrolitos para que no ocurra el denominado estado de “hiponatremia”. Es decir, tenemos más liquido que soluto (sales minerales) circulando por nuestro organismo, por lo que no hay un equilibrio necesario para el correcto funcionamiento. Otro error, pero a la inversa, sería ingerir demasiada cantidad de electrolitos, sin el aporte hídrico suficiente, por lo que nuestro cuerpo también se encontraría en un estado de desequilibrio.
El estado de desequilibrio se traduce en deshidratación, con síntomas que van desde la disminución en el rendimiento, mal estar, pájaras y mareos, y si no se pone solución, consecuencias más graves.
Así que ya lo sabes, durante la práctica de ejercicio físico, hidrátate adecuadamente, y en función del tipo, duración e intensidad de este, adecúa tu bebida a tus necesidades hídricas.
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